viernes, 10 de abril de 2015

No dejes que te cuenten diez






La vida es un entrenamiento constante donde cada momento de dificultad  viene siendo un golpe que hay que esquivar para no ser golpeado y quedar aturdido.

En estos días rápidos  tenemos que aprender diferentes movimientos evasivos para poder soportarlo,comprendiendo lo  básico de la pelea.

El don king que manilla las peleas es muy suspicaz en su juego de peones para darnos jaque mate no hay que ser un mago para darse cuenta a que me refiero. Los jueces de la pelea  miran la esquina de la pobreza así se denomina la esquina que tiene menos  oportunidad de ganar los asaltos en esta pelea eterna.  Aunque no tengas oportunidad de ganar no te rindas jamas, quizás y que se así la esquina marginada se unifique en una sola voz para terminar esta pesadilla de locuras inmutables y llenos de impunidad  que continué la pelea.


Un cuento “hasídico”.
Los judíos de una pequeña ciudad rusa esperaban ansiosos la llegada de un rabino. Se trataba de un
acontecimiento poco frecuente, y por eso habían dedicado mucho tiempo a preparar las preguntas que
iban a hacerle.
Cuando, al fin, llegó y se reunieron con él en el ayuntamiento, el rabino pudo palpar la tensión
reinante mientras todos se disponían a escuchar las respuestas que él iba a darles.
Al principio no dijo nada, sino que se limitó a mirarles fijamente a los ojos, a la vez que tarareaba
insistentemente una melodía. Pronto empezó todo el mundo a tararear. Entonces el rabino se puso a cantar
y todos le imitaron. Luego comenzó a balancearse y a danzar con gestos solemnes y rítmicos, y todos
hicieron lo mismo. Al cabo de un rato, estaban todos tan enfrascados en la danza y tan absortos en sus
movimientos que parecían insensibles a todo lo demás; de este modo, todo el mundo quedó restablecido y curado de la fragmentación interior que nos aparta de la Verdad.

Autor: Anthony de Mello 
                                                        Enrique Bunbury el Boxeador










 

     

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